Emocionado recuerdo de Damián Seguí

Viciana, espectáculo y nada más entre Unicaja y Teruel

El colocador almeriense recuerda que el partido de este domingo "no es trascendental, sí importante, pero sin decidir nada, y sobre todo de nivel y bonito para comprobar realmente en qué nivel está cada uno"


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El choque es primero contra segundo, el invicto ante el que solo ha perdido una vez… ante el invicto, por lo que el atractivo es innegable. Eso sí, mucho más allá de la rivalidad natural entre los dos grandes adversarios de la última década está la mente fría, y lo que hay detrás es la Copa. Víctor Viciana tiene claro su análisis de este Teruel – Unicaja que se avecina: “No lo veo un partido trascendental, es un partido importante, evidentemente de los más hasta ahora, hay que tenerlo en mente esta semana y cuando llegue el momento ponerla en la Copa del Rey, pero tampoco es un partido en el que se decida nada, así que ante todo va a ser bonito, de nivel, en Teruel, que siempre gusta jugar por la gente, por el ambiente”.

Claro está, hay que sacarle el máximo provecho posible, y algo que interesa medir es que “se verá realmente en qué nivel estamos cada uno”, considera antes de dar la clave de que “va a ser una previa”. Viciana es el jugador de las sensaciones de ‘ida y vuelta’ o enfrentadas: “Tengo la suerte de que en casi todos los sitios en los que he estado me llevé buenos recuerdos y evidentemente Teruel es de los que me hicieron crecer como jugador y como persona, y de los que mejores recuerdos tengo, con diferencia, del vóley”. Su experiencia en Los Planos fue gratificante, sin duda: “Cuando llegas, la gente, si vienes de Unicaja, que te han estado chillando desde la grada, en el momento que pisas Teruel te acogen como uno más de la familia, y yo, por suerte, cuando voy con otro club, tengo esa sensación”.

El almeriense conserva “grandísimos amigos allí”, destacando ante todo que “el público es espectacular, lo que se ha visto hace muy pocos días en el partido de la Selección, con la que se puso a tope el pabellón”. Por todo ello, la sensación que tiene al jugar en Los Planos es de la “prácticamente estar como en casa, quitando alguno que otro que me chilla más o menos, pero automáticamente cuando acaba el partido soy uno más y la verdad es que le tengo muchísimo cariño a esa tierra”, reconoce. Eso sí, la petición a los Reyes Magos ha sido “la que se hizo desde que se llegó, títulos, es lo que todos queremos y pedimos, no hay otra”, para Almería.

En el camino correcto se transita: “Hemos crecido mucho desde la Supercopa, ya tenemos toda la plantilla al completo entrenado a tope, y respecto a mí es otro rol diferente al que tuve entonces o en el partido de casa siguiente; hace algún tiempo no me veía jugando de nuevo en Teruel y ahora me veo allí otra vez luchando por los primeros puestos, lo que para mí es un premio”. Mirando atrás a estos últimos meses, tiene claro lo de insistir en la recompensa que supone: “Si Manolo decide que soy yo el que tiene que jugar, para mí es un premio; a todo el mundo le gusta jugar ahí, contra un equipo como ese, contra una afición como esa, y disfrutaré el partido todo lo que pueda; me da igual el resultado”.

El matiz a ello es que “realmente quiero ganar, pero sobre todo es que me vaya de allí con las sensaciones de que el equipo está funcionando para la Copa y no va a ser mejor prueba que jugar contra Teruel”, precisa. El único pero, el horario, en el que se confiesa poco cómodo: “A mí no me gusta jugar por la mañana, y creo que al 90% de los jugadores tampoco por muchas situaciones, el cuerpo no está igual, no estamos acostumbrados… pero eso no va a influir mucho”. Es el primero de los tres posibles rivales en la Copa, ya que sería una hipotética final si ambos hacen ‘el camino’ correctamente, y además en liga Unicaja se medirá a Melilla y también a Castellón, sus dos posibles rivales en la semifinal del día 8 de febrero.

Puestos a elegir, ninguno de los dos: “Siempre digo que me da igual, que me da lo mismo, porque en una Copa hay que ganarle a todos, si no te lo encuentras antes te lo encuentras después; L’Illa Grau está haciendo un grandísimo trabajo, tiene un equipo muy completo, ha sido la revelación de la liga, sin duda, y Melilla juega en casa, y cuando uno juega en casa es un equipo doblemente fuerte, así que no me importa quién sea, porque van extramotivados totalmente, me da igual uno que otro, no tengo una prioridad”. Sí es bueno medirse antes con ambos: “Toma de contacto, tantear un poco el terreno, ver cómo están, porque son luchadores, son equipos ‘jugones’, aunque en la Copa tendrá el extra de motivación seguro”.

Por último, es la primera vez que habla desde el fallecimiento de Damián Seguí, y su recuerdo emociona a Víctor Viciana visiblemente: “Fue un año increíble el que se vivió con Damián, una persona que cuando se propone algo lo consigue, muy peculiar a la vez que extraordinaria, que tenía una personalidad aplastante y un carisma bestial; cuando fichamos en el equipo había muchas historias sobre él, pero cuando convives dices que ya hubiese otro como él en el vóley; podría tener un equipo de fútbol, como hace casi todo el mundo, ‘yo tengo dinero, un equipo de fútbol’, pero se empecinó en el voleibol, y eso es de lo más grande que ha pasado en España en el deporte, así que creo que ese hombre es historia del vóley”.

Recuerda que no quería jugar más en España en ese momento, “malo además por la lesión”, pero a Seguí “le daba igual lo que le dijeras, me lo puso en bandeja y acepté”, confiesa para continuar con su admiración al mecenas: “Tengo la suerte de haber convivido con él, siendo el día a día era muy duro, muy exigente, no le bastaba con ganar, tenía que ser 3-0 y si dejabas a cinco al rival mejor todavía; no te faltaba nada con él, te trataba como un profesional, se le va a echar muchísimo de menos, como se le echó el año pasado cuando se apartó por motivos de salud  y personales”. Viciana subraya que “le tenía mucho cariño, pero todo el mundo se le tenía”. Seguí es un personaje irremplazable: “Un olfato impresionante tanto para el deporte como para los negocios, que vaticinó que la gente no iba a entrar en el pabellón pequeño y tuvo razón, con más de tres mil personas en Son Moix en la final contra Unicaja precisamente”. El vóley “lo va a sufrir mucho”.