superliga masculina de voleibol
Galones, corazón y cabeza

El capitán verde se pone en primera línea: “Confío al 200%»

Juanmi González analiza con autocrítica el arranque de Unicaja Costa de Almería, tras haber podido debutar por fin esta temporada ante Río Duero Soria, lanzando un mensaje optimista y poniendo coto al posible alarmismo


| noticias

Saltó a la cancha mediado el primer en la que fue su casa durante una temporada, en la que aun era una estrella en ciernes. Los Pajaritos vio debutar al capitán de Unicaja Costa de Almería, a Juanmi González, uno de los jugadores más autoexigentes, apreciando de manera clara cómo el enfado consigo mismo era visible en determinadas acciones. A él y a su nivel de crítica no le valió de nada estar saliente de una lesión de algo más de un mes, esguince en el tobillo derecho, ni tampoco las numerosas acciones positivas que sí fue capaz de aportar. Es mejor insistir en lo malo, y por ello dice estar “anímicamente un poco tocado, porque mi actuación contra Soria no fue la esperada”.

Físicamente va “cada vez mejor, con más confianza en mi tobillo, habituándome otra vez a hacer las pesas y a entrenar con el grupo”, dice de modo textual, y huye de cualquier pretexto: “Obviamente se pueden poner todo tipo de excusas, mis compañeros ‘me pasan la mano’, entre comillas, que es normal, que estoy después de lesión, pero no me vale y no estoy demasiado contento, y por eso esta semana mi propuesta personal es entrenar mucho más duro y a ver cómo va evolucionando la cosa”. Queda implícita la unión que se vive en un grupo que está sabiendo manejar la situación: “Se está gestionando de una manera bastante optimista dentro de las posibilidades, porque al final qué duda cabe que son dos derrotas, una aquí en casa, que duele, pero podemos ser optimistas”.

Muy de exponer argumentos y no hablar de manera gratuita, el receptor onubense da las razones de ese pensamiento constructivo: “Porque vemos cambios día tras día y vemos que hay unión incluso en esos momentos malos, que es lo más difícil de lo que se está consiguiendo, que nos unamos, que hablemos entre nosotros, que resolvamos conflictos, no interpersonales, sino de desarrollo del juego, y día a día hay una mejora y motivos que invitan a tener una cara optimista y positiva”. De hecho, es rotundo: “Yo confío al 200 por cien, plenamente, en el grupo”. Está más que tratado, “hablamos entre nosotros que los errores que cometemos son errores muy ‘entrenables’, y esa es la confianza que tengo, que sé el potencial de cada uno, y como los conozco individualmente, sé que no están a su máximo nivel aun, y sé que ese máximo nivel va a llegar”.

Cuando eso suceda, cuando “entrenando se pulan esos pequeños errores”, deja claro el objetivo que se va a lograr: “Vamos a estar donde creo que nos merecemos”. De hecho, lo sucedido hasta el momento no es ningún descalabro y está dentro de lo posible, porque caer en Los Pajaritos va a ser el futuro de muchos equipos: “Soria a mí me sorprende por la capacidad de lucha y de superar situaciones difíciles que tiene; conozco a los jugadores de allí y me sorprende cada año más, pero, además, está claro que el campo de Soria es de los más complicados de la liga, porque suben su nivel muchísimo en él, y es un lugar mítico de la liga española, y eso te hace ir allí con mucho más respeto”. Por todo ello, “no hay que alarmarse demasiado por haber perdido allí”.

Sobre lo vivido, “ellos hicieron un partido buenísimo, estuvieron más finos que nosotros en los finales de set, salvando el segundo, en el que yo creo que alcanzamos el nivel que espero que tengamos regularmente”. Sí dolió más caer la semana anterior, y no porque Valencia no tenga también un alto nivel, sino por encajar la derrota en el Moisés Ruiz con la afición volcada “Necesitamos de esa unión con nuestra grada, devolverles las alegrías, que es verdad que en la Supercopa animaron muchísimo, que estuvieron con nosotros a todas, pero desde fuera vi la cara de decepción que tenían cuando perdimos con Valencia y eso duele”. El futuro se escribe unidos: “Necesitamos ser ocho jugadores en el campo, y queremos dar la alegría de jugar bien, dejar claro que daremos más en esta temporada”.

La primera ocasión de conseguirlo es extraordinaria, ya que se avecina partidazo ante el rival de la pasada campaña, un Melilla Sport Capital que en la presente ha vencido en el Moisés para coronarse con la Supercopa: “Obviamente, viendo las finales que llevamos de manera consecutiva, el Melilla-Unicaja es el partido a ver; sí es verdad que viendo los resultados ahora mismo, Guaguas es ‘intratable’, entre comillas, en el papel, pero este va a ser un partido intenso, como si fuese otra final más, bastante vistoso, en el que ellos sacarán todas sus armas, como siempre, y nosotros tenemos que empezar ya a sacar las nuestras”. De ese resultado que se produzca no dependerá nada de manera definitiva, eso es cierto, así que se quiere afrontar con tranquilidad.

Juanmi González pone coto al posible alarmismo injustificado e innecesario: “Obviamente se quiere ganar y conseguir tres puntos, sí o sí, pero si no fuese así, tampoco creo que se llegue a una situación extrema”. Reconoce el capitán ahorrador que “sí que entramos en un bucle de que necesitamos la victoria y necesitamos reconciliarnos con ella, porque es una sensación que se transite también en los entrenamientos, hace que trabajes mejor y que estés más tranquilo, que no te ‘autofustigues’ en tu casa, y sí necesitamos ganar”. En todo caso, en un ejercicio de cabalidad, insiste en que “no sería una situación trágica y perdiésemos contra Melilla Sport Capital este sábado”.