Parece el título de la novela escrita por Graham Greene que después fue llevada al cine en un par de ocasiones, primero por Mankiewicz y después por Noyce, pero la historia de Alexander Slaught no está inspirada en Vietnam. Eso sí, el apelativo encaja a la perfección, ya que ‘impasible’ aplica en este estadounidense el significado de ‘imperturbable’. El gen norteamericano tiene en este joven receptor uno de sus mejores ejemplos de la larga tradición de esta nacionalidad en voleibol, disciplinado, centrado, algo introvertido, muy competitivo y analítico. Muy estable en el exterior, puede que no lo sea tanto interiormente, sobre todo cuando define al vóley como “un juego de sentimientos”. Tiene muy claro lo que quiere.
La segunda parte de la temporada comenzó para Alexander con el reclamo para entrar en pista por parte de Piero Molducci, pero no como a él le habría gustado. Corría el segundo set y Almansa cayó al suelo tras doblarse el tobillo derecho, sin que pudiera continuar en el partido: “No está bien la razón por la que tuve que entrar, la lesión de Jorge, pero cuando lo hice solo intenté hacer mi trabajo”. Buen compañero, siempre elogiando la labor de los demás, suplió al capitán yendo de menos a más: “Es difícil acostumbrarte al partido muy rápido, porque el cuerpo no está caliente por completo, pero en las oportunidades que tuve intenté mejorar con el balón, recibir bien sobre todo, aunque no saqué muy bien para comenzar”.
Sincero, sobre todo consigo mismo, es capaz de mejorar al no dejarse afectar por los errores que él mismo percibe: “Tras errar, solo intentaba poner el balón en la pista y poco a poco fui a mejor”. Sobre la autocrítica se construye: “Sabía que no estaba jugado al nivel que yo sé que puedo, así que lo que procuré fue intentar, a medida que avanzaba el partido, mejorar poco a poco”. De ahí lo de imperturbable para definirlo, ya que su mente es capaz de no quedarse anclada en el fallo que haya podido cometer, sino que más bien se centra en que no vuelva a suceder. Su poder mental es su aliado: “Cada partido tiene diferente táctica, pero para mí más importante es la mentalidad, sensaciones con el balón y con el gesto técnico”.
Justo eso se entrena de manera machacona por parte de Molducci, que busca la mejora individual del jugador a la par que la construcción de un equipo. En Slaught se ha visto crecimiento en todas las fases del juego, “ahora sí fuerte en bloqueo ya que se hace cada día”, y suyo innato es el perfil psicológico fuerte: “El vóley es un juego más de mente, sabemos cómo jugar y lo practicamos sesión tras sesión”. A lo dicho, insistencia: “Si tenemos mentalidad de competencia, para luchar juntos, y lo hacemos durante todo el partido, estaremos bien”. Ese ‘partido’ es genérico, ya que todos son igual de importantes, e incluso se toma los entrenamientos como si fueran también encuentros de competición, en una línea muy estable.
El próximo sábado llega Mediterráneo, y el norteamericano tiene más papeletas de salir de inicio y disputar el choque completo, pero él se concentra en el entreno inmediatamente siguiente a sus declaraciones, y así paulatinamente: “Aunque yo creo que probablemente jugaré, según decida Piero, claro, no quiero ir a entrenar fuera de lo que es normal; si el sábado toca, quiero mejorar, pero ahora estoy muy focalizado en el entrenamiento”. En su debe pone “especialmente la recepción y el saque” porque en su opinión “son las más importante”. Con la ambición de crecer, ir o no a pista el sábado no puede incrementar su intensidad habitual, ya alta: “Si juego, espero estar listo, pero es otro partido más e importantes son todos”.
Sobre Mediterráneo Castellón recuerda que “tiene un receptor con buen saque y con buen ataque también, Andy Rojas, que es fuerte, pero además tiene un buen equipo”. Sin duda, desde el seno de Unicaja Almería se prepara el encuentro para darlo todo en pista: ”Tenemos que respetarlos, por supuesto, y tenemos toda una semana de entrenamiento para prepararlo”. Supondrá la vuelta a casa del equipo tras algo más de un mes, cuando se venció al FC Barcelona. Alex Slaught tiene ya ganas de disfrutar con la afición: “Está mejor jugar en casa es nuestra pista, en la que de verdad nos sentimos como en casa; estamos aquí cada día y cuando llega el partido el ambiente es más divertido con los fans de aquí”.
El público verá a un gran Unicaja Almería, pero en la ambición del norteamericano sigue habiendo ganas de más mejora: “Todavía tiene el equipo que mejorar partes del juego, creo que es más importante saque y recepción, y si podemos hacer los dos bien, el juego entero es más fácil”. Se fija y ayuda al juvenil Pablo Giménez, que hace algunas sesiones con el primer equipo: “Es un buen jugador, se puede ver que tiene muchas ganas; es normal porque es muy joven y está en un equipo profesional; nos ayuda a entrenar y solo intento ayudarle como puedo y apoyarle, porque yo estaba como él no mucho antes, sé cómo un chico piensa en pista, es muy competitiva; tenemos suerte de tenerlo a él con nosotros”.