superliga masculina de voleibol
Vigésima jornada de la SVM

Cinco meses concentrados en una semana… de valientes

Unicaja Costa de Almería llega hasta las puertas de la Copa del Rey teniendo que coger de nuevo velocidad por el ‘sobrepeso’ del virus y obligado a vencer a Conectabalear CV Manacor para la tercera plaza


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De nuevo a puerta cerrada en el Moisés Ruiz, en medio de la crudeza de la pandemia, los ahorradores intentarán sobreponerse a cuatro días de parón, recuperar confianza y sumar puntos, todo ello por ese orden  

La cercanía de un título, del que el club blanquiverde suma once trofeos, hace que lo más importante del fin de semana sea lo nada tangible: las sensaciones. Además, en el caso concreto de Unicaja Costa de Almería, por el momento que atraviesa, es incluso más rotunda esta expresión. Para afianzarla, encima, la asunción de que el adversario es de altísimo nivel y no sería nada fuera de lugar que venciese en esta última prueba antes de la Copa del Rey. Ojo, que Conectabalear CV Manacor sabe lo que es ganar en el Moisés Ruiz, con el añadido de que cuando lo hizo sí es cierto que no fue esperado por nadie. Año 2018, asalto de los baleares en un contexto de ‘cenicienta’ que para nada es acorde a la actualidad… ni entonces. Son los clichés del deporte, que nunca sirven cuando llega el momento de la verdad. Pero hay mil modos de perder, y se puede hacer incluso sintiéndose ganador.

En el ‘debe’ de los ahorradores para este sábado (Moisés Ruiz, 18.00 horas, puerta cerrada) están las dos cosas, las sensaciones y los puntos. El Urbia Uenergía Vóley Palma es actualmente tercero, con mejor coeficiente de victorias/derrotas, y esa es la lucha real en la Superliga, para la que restarán después de la Copa del Rey otras seis jornadas más. Hay mucho recorrido, pueden pasar muchas cosas, pero no es nada descabellado pensar que el tercer peldaño del podio de la fase regular vaya a determinarse en el choque directo que ambos equipos tienen que disputar todavía, según calendario. Eso sí, ni unos ni otros deben fallar ni antes ni después, algo que se antoja complicado en la mejor Superliga de los últimos tiempos. Tan es así para según la lectura de los verdes que se reconoce como de máxima exigencia la visita de un Conectabalear CV Manacor ‘copero’ y ‘armado hasta los dientes’.

Lo sucedido en la primera vuelta deparó precisamente un cuarto de final entren los dos ‘vecinos’, de pronóstico incierto, claro que sí, porque todo lo dicho sobre Unicaja es aplicable a todos los equipos de la competición. El Palma-Manacor irá justo tras el Almería-Melilla, y las mismas ‘cuentas’ de llegar a tope anímicamente las tienen en su cabeza los hombres de Molada. Para ellos, qué mejor inyección de confianza hay que doblegar a un histórico en un templo del vóley y, con ello, de paso, no solo pensar en la lucha por la quinta plaza al final de la fase regular, sino incluso pensar en más arriba. Desde luego que argumentos tienen los manacorenses, dirigidos por el almeriense Rubén Lorente, cada vez más maduro en su juego y con recursos por punta para un ataque letal. Sus ‘cuatro’ lo vienen demostrando, Vanole y Filter, una pareja de brasileños realmente contundente y con gran carácter en la cancha.

Si Lorente decide ponerla al opuesto, aparece un Ángel Rodríguez que podría estar en su mejor temporada, y no las ha hecho malas antes, tirando de unos recursos en físico y técnica que son impresionantes. Además, si el joven colocador decide darle de comer a sus centrales, Rafael Guimaraes, que cierra la tripleta brasileña, y David López, también tiene punto casi seguro. En recepción, los números del equipo son muy buenos, con Antoni Piris como líbero y líder de esa faceta del juego, joven valor de la ‘Permanente’ que da mucha estabilidad a sus compañeros, especialmente al citado Rubén Lorente, para que tenga todas las opciones abiertas a la hora de dirigir la pelota. Al almeriense lo suple en momentos concretos Miguel Gallego, un hombre de la casa que defendió el curso pasado los colores de Urbia. En cuanto a la dupla Gibanel-Cabrer, receptores, entran en la táctica de Lluis Enric Molada para darle un giro a la situación de juego, teniendo en recámara al opuesto Chourio y a toda una doble institución en el club, Catalá, líbero, y Mesquida, receptor.

Hasta el momento la trayectoria de Conectabalear CV Manacor se ha descrito con diez victorias y nueve derrotas, una de ellas frente a Unicaja Costa de Almería por 1-3 en el Miquel Àngel Nadal. En la pista balear solo han ganado además Guaguas y Teruel, contándose lo demás por victorias, teniendo pendiente aun el espectacular derbi frente a Palma, ‘más madera’ para pensar en escalar en la clasificación de la Superliga. Fuera ha caído con los dos primeros, haciendo un set en Los Planos, por cierto, y suma cuatro triunfos, Vóley Textil Santanderina, CV Almoradí, UBE L’Illa Grau y Rotogal Boiro, y un punto, un 3-2 frente a Melilla Sport Capital. Tras Teruel, Guaguas y Almoradí, los tres con uno, es el equipo que menos veces ha llegado al desempate, con dos, sumando al citado en Melilla uno más en casa, ganado, contra Textil Santanderina. Todo ello arroja un total de 30 puntos y bastante equilibrio entre los sets sumados y encajados en lo que va de temporada.

Por su parte, Unicaja Costa de Almería es temido y a la vez visto como ‘asequible’, dada su manifiesta irregularidad en la competición. Es cierto que eso no ha ‘costado’ tanto como podría, puesto que ha ganado 14 partidos y ha perdido 5, pero sí le ha pasado la factura al dejarse puntos en tres desempates ganados, más dos perdidos, y en el ‘set-average’, el peor de los últimos tiempos y otra variable a tener en cuenta como negativa en caso de empate a puntos, a efectos de la clasificación. De todos modos, la máxima preocupación, a día de hoy, es minimizar al máximo, valga este juego de palabras, la incidencia de la COVID-19, por segunda vez ‘adquirida’ desde otro rival, y no ‘propia’. Le sucedió con Palma, le ha vuelto a pasar con Soria, pero esta vez se antoja mucho más inoportuna que la primera por producirse en vísperas de la Copa del Rey, pese a que en aquella ocasión costó jugar sin opuesto frente a los primeros clasificados. El vóley del equipo está ahí, el altísimo nivel de juego ya ha salido en no pocas ocasiones y la motivación de la plantilla se ha disparado por las ganas, precisamente, de demostrar. Un Unicaja Costa de Almería mermado, y pese a ello puede que más fuerte que nunca, dolido para sanar, está hambriento.