superliga masculina de voleibol
Confianza como motor

Villarreal escucha el tic-tac de su explosión inminente

El colocador chileno se analiza a si mismo a la par que a todo Unicaja Almería, siguiendo el paso a paso de crecimiento constante con el que alimentar el optimismo verde: “Se ve que vamos por el buen camino”


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Desdramatiza la derrota frente a Guaguas y no se preocupa ni por ese ni por ningún rival, “interesa más centrarse en el propio juego”, con las “ansias” personales de tener “más espacio y más tiempo en la cancha”

Llamados a ser un jugador decisivo, usando talento en el toque e inteligencia en la lectura del partido, Esteban Villarreal no duda ni de él mismo ni del equipo en el que se proyectará definitivamente hacia el estrellato. De hecho, su resumen de lo vivido en Las Palmas de Gran Canaria poco tiene que ver con el runrún generado en redes tras la derrota de Unicaja: “Los dos primeros sets hicimos un partido correcto, ellos nos sacaron diferencia en cuatro o cinco balones de contraataque que logran cerrar y nosotros no, pero nos pudimos medir de igual a igual, que eso es lo importante en el momento en el que estamos”. Más claro, agua, sobre todo en la comparación que realmente cabe, no de los verdes con Guaguas, sino la de los verdes con los verdes.

En ese sentido, “en el tercer set entramos más desconectados y nos pasó la cuenta al final, que no pudimos remontarlo”, reconoce, si bien se queda con lo de antes en su mirada puesta en el futuro: “Este es el fruto del trabajo, esos dos primeros sets, que nos dicen que podemos seguir aumentando nuestro nivel y que vamos por buen camino al final; tropezones de principios de temporada, sí, pero podemos salir, no es que va a ser la tónica del equipo durante toda la temporada”. No hay que buscar más incógnitas que despejar cuando la ecuación es de ‘primero de vóley’: “A pesar de que nosotros presionamos al saque, con los receptores que tienen ellos lograron neutralizarnos, y el colocador, correcto, distribuyó bien y supo llevar el partido, así que nos rotaban con bastante facilidad y eso les dio respiro”.

De ahí el dibujo de los finales de set: “Aunque no se hagan puntos consecutivos el estar en constante rotación te mantiene en el partido, no lográbamos despegarnos y no logramos hacer nuestro propio juego, y nos machacan al final”. Pero eso está cambiando, y se aprecia la evolución, la misma que el chileno siente en lo que a su faceta personal respecta: “Cada vez me siento mejor, me siento más preciso, con más confianza, más juego y más ritmo, cada vez más ansioso por estar dentro de la cancha, que es lo que vengo a buscar”. Ha necesitado de un proceso, “llegando, las primeras semanas estuve con dudas en mi cabeza, impreciso, me costaba entrar en juego, producto de los casi seis meses sin jugar, el vóley es mucho de eso, de estar en ritmo y cuesta mucho estar parado”, que ahora toca a su fin: “A medida que voy retomando, vuelve el nivel, y espero estar pronto al habitual de competición”.

Su deseo es enorgullecer a su país, del que permanentemente le llegan mensajes de seguimiento con mucho interés en su evolución en Almería: “Claramente, a mí me gustaría jugar y devolverles el interés que tienen, sería muy lindo demostrar que puedo estar en la cancha y codearme con el equipo, y siento que a pesar de que no llego al cien por cien, ya estoy con esas ansias de que me den más espacio, tener más tiempo en cancha, de estar más involucrado en los entrenamientos, y a medida que el tiempo avance Manolo tendrá que tomar sus decisiones y yo tendré que darlo todo, y estar tranquilo conmigo mismo”. En Ignacio Sánchez tiene un apoyo, mucho más que una rivalidad: “Ningún problema con él, sabemos los dos que cualquiera puede jugar y nos estamos apoyando constantemente uno al otro; si uno tiene un día mano, el otro puede tomar el rol y el equipo funcionará de igual manera”.

Siguiendo esa línea, Esteban Villarreal da continuidad al argumento de mejorar y dar la mejor versión, sin perderse en preocupaciones con el rival, siempre con todo el respeto a los demás equipos: “Cualquier rival es complicado, eso está claro, pero nosotros tenemos que preocuparnos más de nuestro juego en vez de preocuparnos de contra quién jugamos, tenemos que entrar con todo desde un principio y esperar lo mejor, o sea, puede ser Melilla, sin reforzarse o habiéndose reforzado, y nosotros no podemos preocuparnos por él, sino que tenemos que ver nuestro propio juego y empezar a crecer desde ahí”. Y sí, el camino de la Superliga se ha endurecido y a Esteban le agrada: “Con respecto a la temporada pasada, encuentro que todos los equipos se han reforzado e invertido mucho más, a pesar del coronavirus, a pesar de que se podría pensar en problemas de presupuesto o dudas”.

Con muchos candidatos a “buscar mantenerse y pelear arriba esta temporada”, es muy importante ser fuertes en casa, sabiendo el colocador que el Moisés Ruiz va a tener siempre una grada espléndida: “Es bien distinto jugar un partido con público a que no haya nadie; si no hay nadie, parece más un partido de entrenamiento que oficial de temporada, y a pesar de que no esté lleno por temas de restricciones, se siente a la gente, que siempre está apoyando, y es bien agradable”. Con su rol de distribuir ataque, ahora siente que hay un arma muy poderosa con la incorporación de Javier Jiménez: “Espero que sea un jugador que nos marque la diferencia, que sea un atacante de peso, que nos haga los puntos y que sea un líder en la cancha; en los entrenamientos se ha visto que es muy conversador, que ayuda mucho, está pendiente, da consejos a todos los jugadores, y eso ayuda mucho a generar grupo, a subir el ánimo y a mantener el ritmo”.